Voz autorizada dentro del baloncesto y, sobre todo, dentro del CB Gran Canaria. Albert Oliver sigue dando guerra dentro de las pistas y no piensa en su retirada: “De momento que el día a día me encanta. No me requiere ningún esfuerzo extra. Hay algunos días que me cuesta un poco más que antes, pero me sigue gustando entrenar y competir los partidos. Cada día que pasa queda menos, está más cerca el final, pero voy a disfrutar compitiendo hasta el último día y hasta que un club, como en este caso el Obradoiro, siga pensando que puedo ser útil”, afirma en una entrevista en La Provincia.
Como en esta jornada iba a volver a su casa, hasta que el Covid suspendió el choque, habló de Gran Canaria como su “segunda casa. Mi familia vive ahí. Ellos llevan nueve años porque se quedaron, y yo estuve seis. Siempre es especial. El año pasado no tuve la opción de ver a la afición, pero solo por volver a la pista y ver a la gente del club, desde el de mantenimiento hasta cualquier otro, para mí es especial. Es el club donde he estado más años y donde personalmente tengo mis mejores recuerdos y donde pude llegar más alto. Este año sí voy a ver a la Marea Amarilla, salvo hecatombe. Este año va a ser el bueno. Siempre me sentí muy querido por ellos. Y no solo conmigo, sino que ese amor fue trasladado a mi familia y se mantiene aun estando lejos de la Isla. Es algo especial”.
Por último, habló de la posibilidad de volver al conjunto claretiano en un futuro: “Pues no lo sé. Es posible que sí. Hubo esa opción al igual que han salido otras mientras. No sé si me retiraré este año, el que viene... o dentro de ocho. La familia va a estar más tiempo ahí. Todo puede cambiar rápido, pero la idea es que los niños acaben bachillerato. Al pequeño le queda este curso y tres más y esa es la idea. Hacer cábalas de cara al futuro es un poco absurdo con tanto cambio”.