El CB Gran Canaria no pudo dar la sorpresa ante el Real Madrid. A pesar de que los amarillos llegaron a acercarse en el marcador, el partido siempre tuvo un claro color blanco. Los de Pablo Lasso aceleraban y pisaban el freno cuando quisieron, ante un 'Granca' que hacía lo que odía contra la, posiblemente, mejor plantilla de Europa. Y eso que los canarios no comenzaron bien. El Real Madrid tenía ganas de balón y lo dejó claro desde el primer cuarto, al marcharse con una amplia ventaja (25-11).
El segundo cuarto arrancó con el ‘Granca’ encadenando tres acciones positivas: una falta forzada por Demonte Harper en defensa, y dos buenas canastas de Matt Costello. El esfuerzo, sin embargo, era estéril. Dos triples consecutivos (46-31, minuto 14) recortaba distancias y le ponía en 16 puntos anotados de los 31 de su equipo, es decir, más de la mitad. El Real Madrid seguía y seguía, pero el conjunto claretiano no dio su brazo a su torcer. Costello mantuvo un nivel descomunal en su juego, sumando a su acierto exterior varias acciones de mérito en defensa. Una técnica por protestar a Campazzo daba la oportunidad a los amarillos de colocarse a menos de diez puntos. Costello, quién si no, transformó dos tiros libres (53-44, minuto 19) para recortar las diferencias. Oriol Paulí hizo las de base con Lecomte en tres faltas personales y Cook necesitado de descanso. Los claretianos pelearon para encarar el descanso de la mejor manera posible, y un mate de Oriol Paulí dejó la desventaja en diez puntos (58-48).
Los claretianos seguían apostando por el lanzamiento exterior en sus ofensivas, pero el acierto no llegaba. Sin embargo, el ritmo anotador era bajo y eso interesaba a un Herbalife Gran Canaria trabajador y con mucho oficio. El trabajo defensivo era bueno y permitía a los amarillos, con un enérgico Oriol Paulí, seguir metido en la pomada y rebajar la diferencia. Una canasta en transición de Rabaseda (62-56, minuto 26) dejaba en seis la diferencia. El Real Madrid intentaba despegarse de forma definitiva y amenazaba con conseguirlo. Un parcial de 6-0 en tres minutos (75-64, minuto 34) obligaba a Fotis Katsikaris a pedir tiempo muerto para apurar las opciones de triunfo.
Cuatro puntos consecutivos de los campeones se traducía en el último tiempo muerto de Katsikaris en el partido. Restaban apenas 2:27 minutos y su equipo, a pesar del buen trabajo, veía ya lejos el triunfo. La recta final careció, al final, de historia, pero sirvió eso sí para ver al joven Khalifa Diop en pista.