Jugadores jóvenes y de Segunda B. Esa es la hoja de ruta marcada en materia de fuchajes que se ha impuesto en la UD Las Palmas. Se acabaron los caros jugadores contrastados que, por lo visto en los últimos años, no han dado resultado. Las Palmas se alejará de ese mercado con el que se ha hipotecado y ha puesto el punto de mira en un objetivo olvidado con los años de bonanza.
Y es que hay que remontarse al verano de 2009 para reconocer al último jugador que triunfó en el equipo llegando desde Segunda B. Con 25 años, Álvaro Cejudo llegaba a la isla procedente del Ceuta. Llegó de la mano de Óscar Arias, último Director Deportivo de los amarillos que ha mirado hacia las categorías no profesionales. Cejudo jugó una temporada y media en la UD Las Palmas, disputando 52 partidos y anotando 11 goles. Salió en el mercado invernal para recalar en tres temporadas y media en Primera con el CA Osasuna.
Eso, precisamente, es lo que busca Las Palmas. Jugadores con hambre de saltar al fútbol profesional, con fichas asequibles y que puedan dejar rentabilidad, tanto deportiva como económica. Además, seguirá con la forma de trabajar en el filial. Es decir, apostar por traer juveniles para sus equipos filiales -caso de Josep o Valles- y que puedan ir quemando etapas para llegar a la primera plantilla.