Benito Morales y 34 años sin ganar en Los Cármenes

A romper la maldición. La UD Las Palmas se enfrenta este domingo al Granada CF, dos equipos con reciente pasado en Primera División y que han coincidido como rivales varios años en su historia. Sin ir más lejos, en la temporada del descenso nazarí, la UD salía de Los Cármenes con una sospecha por amaño; al ir ganando 0-2, en la segunda parte recibió tres goles y volvió de vacío a las Islas Canarias, con los locales jugándose el descenso. Además, en el choque de la ida fue el encuentro que dio la puntilla a Manolo Jiménez.

Las estadísticas están para romperlas, o eso dicen, pero la realidad es que los amarillos llevan sin ganar 34 años en Granada. La última victoria se remonta al 17 de febrero de 1985 y tuvo como protagonista a Benito Morales, autor del gol del triunfo, exdelegado de Las Palmas y que vio como le relegaban de su puesto sin causa justificada previa. "Fue una temporada guapísima la 1984-85, además, tuve la suerte de marcar y ganar. El grupo fue esencial y la labor del señor don Roque Olsen.Solo nos dijo: 'esto es así y así, uno, dos y tres...El que se salga de eso; lo tiene chungo'. Y no mentía, si no cumplías, te partía la ficha por la mitad y te multaba por esa cantidad. Era lo que había", recuerda con especial cariño Morales en La Provincia.

Ese mismo año, 1985, se consumó el ascenso a la máxima categoría con Roque Olsen como entrenador, pero dista mucho de lo que se ve hoy en el terreno de juego y, sobre todo,en los despachos: "Lo que veo no me dice nada. Piensan que hay un plantel enorme, y a la hora de la verdad: tururú. Deberían hacerse las cosas con tranquilidad, sin tanto chau chau. Después cuando asciendas, lo pregonas: 'aquí estoy yo'. Recuerdo el año de Olsen, nadie habló de nosotros", confiesa Benito.

En este fin de semana se abre una nueva posibilidad para acabar con esta maldición que tiene la UD por tierras andaluzas. Aunque, más bien, es una oportunidad para dar otro golpe sobre la mesa a domicilio que intente levantar el vuelo a un avión que, cada vez se está quedando con menos gasolina, para llegar a las aeronaves que ven el destino: Primera División, a escasos kilómetros.