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  • Opinión
    05 de Noviembre de 2018 - 21:56

    La Playstation, por Román Pérez

    El fútbol tiene mucho de identitario, de identificación y de creencia y en estos lares la tendencia ha sido siempre la de creer que, a través del toque, siendo dominador, es más sencillo salir victorioso en el envite que supone cada partido de fútbol, quizás por la herencia que supuso este estilo siempre en boca de nuestros mayores. Si uno repasa los entrenadores que han ocupado el puesto de máximo responsable en la UD en los últimos tiempos sin duda todos han tenido este perfil, o, al menos, esta intención: Lobera, Herrera, en un primer tramo de competición, Setién o el primer Jémez dan buena cuenta de ello, con mejor o peor suerte, con buenos y malos momentos pretendían ser dominadores, pretendían crear y no destruir. Precisamente con Setién vimos un gol de PlayStation en El Madrigal que todos recordamos. Despreciar este método, como ya se ha hecho varias veces y validar el del resultado y tentetieso tiene las patas muy cortas: en cuanto empiezas a perder, o a no sumar con la velocidad que deberías, como ahora sucede, el castillo de naipes se desmorona. 

    Antes de llegar este era el libreto de Jiménez, así se le fichó y así se ganó el prestigio que tiene, así quedó tercero en Liga con el Sevilla y así ganó la liga griega y clasificó al AEK Atenas para disputar la Champions League, pero sorprende que donde todos vemos una plantilla llena de recursos él, por ejemplo, comente que necesita extremos y deje fuera de convocatoria a Blum o Fidel, pudiendo escorar a Araujo o contar con Sakho para acabar situando a Javi Castellano en la banda izquierda o a Ruiz de Galarreta en banda derecha, donde su influencia en el juego es prácticamente irrelevante, golazo al Deportivo mediante. Sorprende que Tana sea un actor secundario, otro pelotero, o el recorte de minutos de Maikel Mesa. Da la sensación de que el tridente debe jugar, casi como imposición, pero que le molesta en cierto modo al míster porque reduce la solvencia defensiva. Hay recursos, pero no se están usando al máximo de sus posibilidades.

    Lo vemos, es la vida real, no la PlayStation, porque hay una evidencia: la UD tiene equipo para mucho más.

    Román Pérez González (Grada Curva)

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